- 19 de septiembre de 2023
- By QuantumADM
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Un vehículo eléctrico hecho en Bolivia tiene una velocidad máxima de 56 km/h y caben tres personas, «pero no pueden ser muy gordas». En lo alto de los Andes, la revolución de los vehículos eléctricos ha llegado. No se mueve a más de 56 km/h y puede ser un poco claustrofóbico. Mientras que Tesla y otros fabricantes de automóviles se enorgullecen de producir vehículos eléctricos aerodinámicos y lujosos, algunos con una velocidad superior a los 320 km/h, Quantum Motors de Bolivia ofrece un viaje mucho más suave. Del tamaño de un carrito de golf y construidos como una caja, los autos de Quantum técnicamente tienen espacio para tres personas con espacio en la parte delantera solo para el conductor y dos pasajeros acurrucados en la parte trasera. Olvídate de un baúl. O viajes por carretera de larga distancia. Puede recorrer 96,5 km antes de necesitar una recarga, lo que puede llevar de seis a ocho horas. “Fue amor a primera vista”, dice Daniel Derenne, un jubilado de 62 años de Cochabamba que compró un Quantum poco después de su lanzamiento en septiembre de 2019. Hoy, ha conducido 9.650 km en su pequeño vehículo. Da fe de que puede meter a tres personas, “pero no pueden ser muy gordas”. Derenne solía tener una calcomanía en la ventana trasera que indicaba que el vehículo era eléctrico y no contaminaba. Esperaba que eso alentaría a otros a hacer la transición a los vehículos eléctricos, una rareza en Bolivia. La mayoría de la gente aplaudió su mensaje, dice. Pero algunos conductores pensaron que los estaba acusando de contaminadores. Mientras se adelantaban a su paseo como una tortuga, Derenne recuerda a algunos conductores que le señalaban con el dedo medio. Y los conductores de autobuses se referían a su auto como El Estorbito. “No te respetan en absoluto”, dice Derenne. Los fundadores de Quantum creen que el vehículo, el primero fabricado en Bolivia, es el futuro de la industria automotriz en América Latina, hogar de 670 millones de personas. En las calles atestadas de tráfico del mundo en desarrollo, los autos en miniatura tienen más sentido, dice Carlos Soruco, uno de los fundadores de Quantum. Y es mucho más barato de manejar que los automóviles convencionales. Los propietarios de Quantum dicen que gastan alrededor de US$ 7 al mes para cargar sus autos. El vehículo eléctrico de fabricación boliviana se puede enchufar en cualquier tomacorriente, lo que elimina la necesidad de invertir en costosas estaciones de carga. Encontrar estacionamiento es pan comido. Su precio de US$ 7.500 lo hace mucho más asequible que los vehículos eléctricos más llamativos que salen a la calle en EE.UU. y Europa. “Estamos convencidos de que el desarrollo de vehículos eléctricos en América Latina no va a ser con Teslas o Volkswagens”, dice Soruco. Hasta ahora, Quantum ha vendido 370 autos. Los bolivianos han soñado durante mucho tiempo con tener su propia industria automotriz, creyendo que permitiría a una de las naciones más pobres del hemisferio occidental reducir su dependencia económica de la exportación de materias primas, desde plata hasta gas natural. Los políticos prometen que su nación sin salida al mar algún día usará sus vastos depósitos de litio, los más grandes del mundo, para impulsar la transición mundial hacia una energía más ecológica. Angie Sciaraffia, estudiante de medicina, estaba encantada de comprar un automóvil de fabricación boliviana, con un espejo retrovisor tan pequeño que cabe en la palma de la mano. Se decidió por un Quantum azul diamante con cristales polarizados y techo corredizo. “Tener un auto que es boliviano es espectacular”, dijo Sciaraffia, describiéndolo como fácil de manejar. “Simplemente acelera y frena”. En Bolivia, Quantum tiene seguidores pequeños pero leales entre los propietarios de automóviles como Sciaraffia, que toca la bocina y saluda a otros conductores de Quantum cuando se ven en las calles de Cochabamba. Ximena Pérez adora el suyo. Compró el auto durante la pandemia, preocupada por tomar buses llenos de gente. Pérez dice que nunca sintió que al auto le faltara espacio, excepto una vez que fue a acampar. Luchó por empacar su tienda, una llanta de repuesto y su perro en la parte trasera del Quantum. Afortunadamente, su perro es un chihuahua. “Está hecho para el auto”, dijo. Inicialmente, la empresa no podía registrar sus autos en Bolivia porque las leyes locales exigían que todos los vehículos tuvieran un documento de importación, el papeleo estándar en un país donde nadie había fabricado un auto antes. Las compañías de seguros desconfiaban de proporcionar cobertura. Los bancos no estaban seguros de cómo estructurar los préstamos para automóviles. Quantum cerró durante algunas semanas justo después de abrir en 2019 cuando las violentas protestas políticas paralizaron Bolivia. Luego, llegó la pandemia, trastocando las cadenas de suministro globales y encareciendo la importación de piezas chinas. Hoy, la escasez de dólares en Bolivia ha dificultado el pago de las importaciones. A pesar de los enormes recursos de litio de Bolivia, el país apenas produce debido al estricto control estatal que ha obstaculizado las inversiones privadas. Como resultado, las baterías de Quantum usan litio de China. A José Carlos Márquez, un ingeniero que es el otro fundador de Quantum, se le ocurrió la idea del vehículo eléctrico en 2015 mientras construía una carretilla eléctrica para mineros. Está convencido de que la transición a los vehículos eléctricos requerirá reducir el tamaño de los automóviles para evitar el desperdicio de energía. Edgar Roman compró su Quantum en 2020. Lo usa para su trabajo, lo que requiere que visite las oficinas gubernamentales para completar el papeleo necesario para importar equipos de construcción. “Me gusta”, dice Roman. Contó cómo los transeúntes gritan para preguntar cuánto dura la batería y si pueden salir a dar un paseo. El Quantum, dijo Roman, tiende a arrancar con una sacudida en lugar de acelerar gradualmente y ofrece una conducción más accidentada que su otro automóvil, un Nissan. El auto boliviano no tiene calefacción, por lo que hace frío en invierno. Roman dice que también es incómodo tratar de
Quantum Motors ya se encuentra establecida en El Salvador y Perú, pronto estará en Paraguay y se analiza abrir una filial en México. Los automóviles eléctricos hechos en Bolivia, de la empresa cochabambina Quantum Motors, son comercializados en países como El Salvador, Perú y Paraguay. Los pequeños vehículos llegaron al mercado internacional con el sello “Hecho en Bolivia”. El portal pv magazine, ha hecho conocer esta noticia en la que señala que Quantum Motors ha invertido 2,5 millones de dólares para instalar la fábrica en El Salvador. Además, detalla que la empresa cochabambina busca abrir una filial en México. Además de haberse instalado en El Salvador, Quantum Motors también cuenta con sede en Perú, a la cual se suma una más, la cual ya fue anunciada, en Paraguay. Los automóviles al igual que en El Salvador, podrán ser hechos en dichos países, pero contarán con el sello “Hecho en Bolivia”. De igual manera se sabe que la producción inicial de los automóviles Quantum es de 60 vehículos en El Salvador, por cada mes, sin embargo, se espera alcanzar, a un mediano plazo, a producir unos 200 autos, para que sean exportados a toda Centroamérica. Quantum es una empresa constituida en el departamento de Cochabamba, y fue inaugurada en septiembre de 2019, llegando a consagrarse como la primera industria de automóviles eléctricos en Bolivia. Hasta ahora Quantum Motors se ha establecido en el país y ha sobrepasado fronteras, llegando a diferentes países. Al inicio Quantum Motors, lanzó al mercado los modelos E2 y E3, sin embargo, ahora cuenta con un amplio catálogo de vehículos, en los que se encuentran los modelos E4 y E5, además de pequeños camiones y motocicletas que funcionan a base de una batería de litio.
LA PAZ Una mañana reciente y fría de mayo el médico boliviano Carlos Ortuño se subió a un pequeño automóvil eléctrico para ir a ver a una paciente en La Paz, inseguro de si el pequeño vehículo sería capaz de transitar por las empinadas y sinuosas calles de la ciudad. “La diferencia con un coche a gasolina es abismal, es como si no tuviera motor, no se lo siente. Pensé que por la topografía iba a tener problemas, pero es un gran trepador”, relató el doctor a The Associated Press. El Quantum que condujo por La Paz, emplazada en las pendientes de la cordillera de los Andes a 3.600 metros de altitud y cuyas calles serpentean las montañas, es uno de los seis de estos vehículos que utiliza el programa estatal “Médico en tu casa” inaugurado en abril. “Es una idea pionera: proteger la salud de los más necesitados, el medioambiente y alentar a la industria nacional”, dijo el alcalde de La Paz, Iván Arias. “Es un coche ideal para llegar a lugares alejados, puede sortear el tráfico y por eso también lo usaremos para salir a vacunar contra el COVD-19”, agregó la secretaria de Salud del municipio, Fátima María Verduguez. El alcalde prevé duplicar la flota el próximo año a medida que el programa se expanda a más barrios. Hace cuatro años que el vehículo está en el mercado con sus dos modelos para tres pasajeros: un conductor y dos acompañantes que se acurrucan atrás. Puede recorrer 80 kilómetros antes de una recarga y su velocidad máxima es de 55 kilómetros por hora. Es el coche más económico del mercado con un precio promedio de 7.600 dólares y mientras está estacionado recarga sus baterías en un tomacorriente doméstico. La empresa Quantum Motors comenzó fabricando carretillas eléctricas para la minería en 2016 en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, y un año después desarrolló los primeros prototipos de automóviles eléctricos que salieron en 2019 y que también se venden en Perú, Paraguay y próximamente en México. Actualmente en Bolivia circulan apenas unos 350 Quantum, pero el interés crece a pesar de la preferencia por los coches a gasolina que se venden hasta en las ferias populares. “La electro movilidad va a reinar en el mundo los próximos años y será diferente en los países. En Estados Unidos dominarán los Tesla con autos de mayor velocidad y autonomía. En Latinoamérica serán coches más compactos porque nuestras calles se parecen más a las de Bombay y Nueva Delhi que a las de California”, dijo el gerente de la compañía, José Carlos Márquez. Entre sus productos también hay motos y bicicletas. El año pasado la empresa creó su propia fábrica de baterías con litio boliviano. “Trabajando todos los días la batería dura tres años y vamos a poder recuperarlas y reciclarlas para que sigan trabajando con energía solar”, explicó el ingeniero en baterías Federico Irriberry. Desde siempre Bolivia ha exportado materia prima, sobre todo minerales, y soñado con industrializarla para alcanzar el desarrollo. La última apuesta es el litio y las reservas bolivianas están entre las mayores del mundo. Pero la explotación de este mineral todavía es un proyecto. El gobierno de Evo Morales (2006-2019) se planteó la meta de exportar baterías y automóviles eléctricos pero no encontró un socio extranjero para financiar su plan. El actual mandatario Luis Arce se propone producir baterías eléctricas a partir de 2026 y para ello escogió al consorcio chino CBC (CATL BRUNP & CMOC), que instalará dos complejos industriales con tecnología de extracción directa de litio de salmueras. Por ahora el país exporta carbonato de litio y cloruro de potasio, que en 2022 alcanzaron un valor de 80 millones de dólares. “Será la era de la industrialización del litio, nos posesionaremos como un país referente”, dijo el mandatario izquierdista recientemente. Pero los expertos sostienen que Arce afronta múltiples retos políticos, sociales y económicos para sacar adelante su plan en un país que nacionalizó las empresas energéticas la pasada década. Quantum ha venido a reflotar ese sueño, pero por ahora es un grano de arena en el desierto. El parque automotor es obsoleto, con coches a combustibles fósiles y sigue creciendo alentado por la gasolina que Bolivia importa para vender a mitad de precio a su mercado interno gracias a la aplicación de millonarios subsidios. “Pueden ser más baratos (los Quantum), pero no creo que tengan la fuerza y la capacidad de un coche a gasolina. Además son pequeños, en cambio al auto de gasolina le puedes cargar más gente y llevar carga. Yo los prefiero”, dijo el mecánico Marco Antonio Rodríguez. Sin embargo, sostuvo que la preferencia de la gente podría cambiar “el día que el gobierno retire la subvención a la gasolina”. Mientras tanto la pequeña fábrica de Quantum funciona a toda velocidad. “Estamos listos para escalar, nuestros clientes son los mejores embajadores de la marca, ya hemos agotado nuestro stock hasta julio”, afirmó Márquez.